Ya hablaba antes que cuando no somos de DIOS era difícil actuar en consecuencia con EL , pero es más delicado cuando somos de EL y pretendemos actuar por nuestro lado en nuestra propia sabiduría. Todo cuanto está sucediendo y va a suceder en esta materia, es y será consecuencia de cada uno de nuestros actos, no es cuestión de quien está sentado en el trono del poder del país, del departamento, de la ciudad o de cualquier oficina responsable de algo, es cuestión de que en lo básico, ósea yo, la primera acción y la más importante, debe salir de esa “ toda diligencia” que debemos tomar a fin de “ huir de la corrupción ” y poder ser partícipes de la naturaleza divina a la cual hemos sido llamados. Ahora, esto no es un acto de espontanea voluntad, es como dije, una consecuencia, y como tal debemos, es necesario, estar preparados si deseamos que nuestros resultados sean satisfactorios. Para ellos el apóstol Pedro nos muestra entonces, que para que podamos ser dilig